Antes que el viaje a Chile, hablábamos
muchísimo sobre el choque cultural. Varios profesores, administrativos e
estudiantes del semestre pasado trataban a prepararnos para casi una semana de
soledad y tristeza sin explanación. Siempre nos decían que el choque cultural
tiene tres épocas. Primero, la luna de miel, cuando Chile siente como una
vacación temporal. Segunda, el choque cultural, cuando te sientes mal y te
extrañas tu propio país. Finalmente, la época en que te adaptas a Chile y no
quieres salir. Creo que esta teoría es una buena hipótesis pero, en realidad,
el choque cultural es diferente para cada persona.
Para mí, es como una montaña rusa. Cada día
tiene puntas altas y bajas y no hay un medio. No hay cosas “normales” porque,
con el barrio de la lengua, es un desafío para ir al supermercado. Dicho esto,
los desafíos no siempre son puntas bajas y el choque cultural no siempre es
negativo. Por ejemplo, cuando entré el baño del mall, había once mujeres que
estaban cepillando sus dientes. Esta fue una sorpresa pero una sorpresa
graciosa y también muy práctica.
Un día, después de clase, una amiga italiana me dijo, “¡No quiero pasar tiempo con nadie
pero me siento sola!” Entiendo este sentido perfectamente. Especialmente en el
primer mes, la idea de empezando una conversación con alguien nueva era
agotadora. Ahora, sin embargo, yo
entiendo que tengo la capacidad para remover el sentido de choque cultural.
Aunque tal vez tiene mucha esfuerza, puedo tratar cosas nuevas y hablar con
personas nuevas para parar los mal sentimientos.
Este lunes, decidió a probar una clase de baile
al gimnasio. Creía que la clase era como zumba en Los Estados Unidos y no se
necesitaba saber algo antes que la clase. Esta clase de baile fue un choque
cultural. Toda la gente eran profesionales que han aprendido los bailes antes. En
lugar de dejando, decidió a quedarme y tratar a bailar con todos. La clase fue
dificilísimo y yo parecía una idiota pero me fui feliz porque aprendí algo y no
renuncié. Creo que, si pueda aplicar este mentalidad a toda mi vida en Chile,
nunca voy a sentir el choque cultural nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario