Hace una semana, La Organización de Cooperación y
Desarrollo Económico publicó una lista de los países desarrollados con la mayor
desigualdad entre los ricos y los pobres. Chile era el número uno. De hecho, no
sólo fue nombrado el país más desigual del mundo, ganó por un margen grande. En
una escala de 0 a 1, 0 significa que no hay desigualdad y 1 significa que la
población está totalmente dividida. Chile recibió un 0.5. El segundo país en la
lista era Turquía que recibió un 0.41. Mientras que Chile es considerado un
país desarrollado de la comunidad internacional, los niveles de desarrollo no
son iguales entre las distintas comunidades chilenas. Típicamente, se puede ver
la brecha de pobreza entre comunidades urbanas y comunidades rurales. Santiago
es muy parecido a cualquier capital del mundo desarrollado mientras que hay
muchas comunidades rurales a las que todavía faltan desarrollo en tecnología y
riqueza de la ciudad. Dicho esto, la pobreza permanece en Santiago también y,
por eso, se puede ver la brecha de las clases como una parte institucionalizada
de la cultura.
Flaites y cuicos
La desigualdad se manifiesta en las palabras flaite y cuico. Cuando hay muchísima desigualdad adentro de un país, las
clases tienen una tendencia a desarrollar su propia cultura. Hablan distinto,
pasan tiempo en lugares diferentes y viven vidas separadas. Ningunas de las
palabras flaite ni cuico tienen connotaciones buenas
porque, para las personas más ricas, un flaite es un molestia sin clase ni
modales y, para las personas más pobres, un cuico es un egoísta sin compasión
por otras personas. Nunca he encontrado una persona que diga yo soy flaite ni yo soy cuica. En mi experiencia, siempre son nombres para los
otros.
Para contrastar las diferencias culturales, fui a dos
lugares que podrían ser considerados centros de cultura: La Vega Central y el
Mall Plaza Egaña. Escogí investigar estos dos lugares porque ambos son partes
de la vida normal para casi todos los chilenos, sin diferencia de clase. Sin
embargo, se puede ver dos culturas muy distintas entre los dos centros
comerciales. En muchos sentidos, representan la brecha de las clases en Chile.
La Vega Central es un lugar famoso históricamente
adonde se puede encontrar una variedad de frutas, verduras, carne, regalos y
muchas cosas que son hechas en Chile. Vendedores chilenos vienen del campo para
vender productos frescos y, típicamente, baratos. La tradición del mercado
central empezó durante la época colonial y ha mantenido su fama e importancia
para las personas de Santiago durante siglos. El mall, obviamente, no tiene la
misma historia. Es uno de los resultados de un mundo recién globalizado y, hoy
día, el mall está casi tan integrado a la sociedad chilena como La Vega.
Influencia mapuche e
influencia internacional
La población indígena mapuche
es parte integral de la brecha entre clases. Aunque la discriminación en contra
de los mapuches no es parte del sistema legal, está integrada en la sociedad. Todavía
en Chile, en gran parte, las personas más pobres son de descendencia mapuche
mientras que las más ricas tienen ancestros españoles.
La Vega fue establecida en la época colonial donde la
influencia mapuche fue muy fuerte. Antes que fuera nombrada La Vega Central en
1895, el área se llamaba La Vega del Mapocho, una referencia al rio Mapocho. Hoy
día, las personas venden muchas de las mismas cosas que los mapuches vendían en
el siglo 18- frutas y verduras indígenas y productos artesanales. En el Mall
Plaza Egaña, por otro lado, no se puede ver ninguno rastro de la cultura
indígena. En lugar de eso, la mayoría de las tiendas son internacionales,
especialmente estadounidense. En La Vega, se puede comprar sopapillas con pebre
o alfajores artesanales. En el Mall, se puede comer McDonalds, Dunkin Donuts,
Jonny Rockets y una variedad de comida estadounidense. Además, muchas de las
tiendas de ropa son familiar para mí. Se puede encontrar las tiendas Forever
21, Zara y Polo como copias exactamente de los malls en los EE.UU.
Los idiomas de los centros de
comercio
Podría decir que ambos
lugares son bilingües. En La Vega, a veces, se puede oír una persona hablando
mapuche o, al menos, hablando con influencia del idioma indígena. El sonido sh es un parte integral del idioma y,
por eso, algunas personas con orígenes mapuches tienen una tendencia a
reemplazar el sonido ch con sh. Esa es unos de los elementos más
fuerte del estereotipo flaite. De hecho, en las clases altas, hay una tendencia
a evitar este sonido para no hablar como una persona de la clase baja. En el
mall, personas venden “sutchi” y “superotcho.” Esta costumbre es especialmente
rara cuando los vendedores del mall hablan inglés porque el sonido sh es una parte muy normal del idioma
inglés. Si los idiomas de la vega fueran español y mapuche, los idiomas del
mall serían español e inglés. Muchos de los comercios tienen frases en inglés.
Esto tiene sentido en las tiendas estadounidenses que tienen nombres ingleses
como Forever 21, pero hay algunos casos en que el inglés está usado por
empresas chilenas. Por ejemplo, en el mall, hay pianos que se puede tocar como parte
de una incitativa chilena a traer arte y música a espacios públicos. Pintado en
los pianos, hay una línea que dice, “Play me, I’m yours.”
Unos de los momentos
más raros para mí fue cuando estaba en el Totus que está en el primer piso del
mall y vi un anuncio que decía “Cherokee, an American Standard” con una bandera
de los Estados Unidos. En este caso, la palabra “America” solamente es una
referencia a los EE.UU. Aunque el anuncio es para una línea de ropa,
irónicamente, Cherokee es una comunidad indígena norteamericana.
Vendiendo estándares de
belleza
Es obvio que la mayoría
de la clase alta, junto con los vendedores del Mall, están tratando de diferenciarse
de la cultura mapuche, aunque no se puede decir que la gente a la vega está promoviendo
la cultura indígena en todos los aspectos. Ambos centros de comercio venden la
idea que las chicas blancas son las chicas bonitas. En el mall, se puede ver
miles de anuncios con fotos de mujeres blancas y rubias. En algunos casos, había
fotos de mujeres con pelo marrón o piel más oscura, pero ningunas de las fotos
tienen mujeres que sean indudablemente hispánicas.
A primera vista, creía que
este era porque las empresas estadounidenses estaban usando las mismas fotos que
usan en los EE.UU. Aunque esto puede ser, también había anuncios que fueron
hechos específicamente para el Mall Plaza Egaña que tenían solamente mujeres
blancas y flacas. La Vega no es distinta. A pesar de que La Vega no tiene
anuncios, la mayoría de los productos de belleza y juguetes para los niños
tienen fotos de personas blancas. Muy cerca de la Vega, hay tiendas que venden
vestidos para ocasiones formales. Todos los maniquís tienen piel clara.
Los anuncios no representan a las personas que compran
los productos. Los comercios no están tratando a relacionarse con las personas,
sino responder a los estándares de belleza y estos tienen implicancias
clasistas. Esto resulta un círculo vicioso. El racismo en contra de las
personas con piel oscura es anticuado pero
todavía se persigue la idea de belleza que favorece los ancestros
españoles. Las empresas entienden eso y usan modelos blancos estratégicamente.
Aunque una niña chilena no aprende que las personas blancas son mejores que las
personas indígenas en colegio, ella aprende que las personas blancas son más
lindas que las personas indígenas en el mall y tiendas de la Vega.
El factor de unificación
El otro aspecto en común que tiene los dos centros de
comercio es el orgullo nacional que se manifiesta en el fútbol. Fui a ambos
lugares el día de la Copa Americana y el entusiasmo por el deporte era fuerte
en los dos casos. En La Vega, personas vendían banderas, poleras y decoraciones
para apoyar al equipo de Chile. En el Mall, casi todas las tiendas tenían una
pelota de fútbol o un miembro del equipo chileno en los anuncios.
El más famoso
es Alexis Sánchez, la estrella del equipo chileno. Se puede ver la cara de
Alexis no solamente en las tiendas de deporte sino que las que venden
instrumentos, autos y también el supermercado. En la tienda que vende
chocolate, había una pelota de fútbol entero hecho de chocolate. A veces, el
fútbol también se divide entre los ricos y los pobres. Por ejemplo, el equipo
La Católica es conocido como el equipo cuico. Sin embargo, con respeto a la
Copa Americana, todos se unifican para apoyar a Chile.
Conclusión
No se puede decir que La Vega es para las personas
flaites y el mall es para los cuicos porque los dos lugares son compartidos por
todas las personas de Santiago. Añadir, ninguno es mejor que el otro. Como
podemos ver, los dos ofrecen cosas y medio ambiente muy distintos que podrían
ser representativos de los dos lados de la cultura chilena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario