lunes, 11 de mayo de 2015

Blog #2

Allende en su laberinto

La semana pasado, fui al cine para ver la película Allende en su laberinto con mis hermanos chilenos y Maria. Yo he aprendido mucho sobre la presidencia de Allende en mi clase de Memoria Historia y, en la clase pasada, aprendí sobre los eventos en el día del golpe de estado. La película era sobre lo que hizo Allende durante el 11 de Septiembre. Es basado en un libro se llama El General en su Labirinto de Gabriel García Márquez.

Durante la película, sentí que estaba mirando una película de ficción. En los Estados Unidos, tenemos muchas películas sobre el fin del mundo en que hay explosiones en el White House. Allende en su laberinto era parecida a estas películas radicales. Había tanques en las calles y bombas en la moneda. A diferencia de las películas estadounidenses, sin embargo, las personas bombardeando la moneda no eran extranjeros de espacio ni enemigos de otros países sino chilenos. Siempre lloro en películas históricas pero no pude durante esta porque no podía creer que era un evento en la historia de Chile.

Al final de la película, había un momento de silencio y luego todos los jóvenes empezaron a recoger sus cosas y salir la cine diciendo cosas como, “¡Que buena esta película!” y “Que cuática!” La gente más vieja, sin embargo, no se movió. Tuve un momento para ver las caras de la gente más vieja y me di cuenta que la película era su realidad. Para ellos, no era un evento en la historia de Chile- era un evento en sus vidas. Empecé a llorar saliendo el cine.


Marcha estudiantil

Sí pudiera traer algo de Chile a los Estados Unidos, no sería pastel de choclo ni empanadas (aunque me encanta los dos) sino las marchas nacionales. Fui a la marcha estudiantil con mi hermano chileno para ver los eventos y aprender más sobre la funcionalidad de la sociedad de Chile. A primera, estaba muy nerviosa porque mi participación era ilegal. Creía que era ilegal porque las marchas estaban violentas y peligrosas. Aunque había algunas personas con piedra e intenciones violentes, la marcha fue una experiencia muy positiva y pacífica. Sentí que Santiago era en una ciudad unida por la educación de los estudiantes.

Empecé a pensar más en la marcha estudiantil cuando escuché sobre lo que estaba pasando en Baltimore, Maryland. Cuando la policía rompió la espalada de un negro inocente, había motines violentes en la ciudad en contra del racismo y la violencia de la policía. Creo que los motines violentes ocurren cuando la gente sienta que el gobierno no está escuchándose y no tenga otras opciones. Los motines son tan radicales porque la participación pública en la vida política en el forma de marchas nacionales casi no existe en los Estados Unidos. Hay marchas pero son muchos más pequeños y no son típicos.

Creo que las marchas pueden ser una herramienta para unificar el país. La marcha estudiantil no era tan específica a un partido político. Todos se juntaban para criticar el sistema educativo. También fue una oportunidad para involucrar los jóvenes que no podían votar. Mientras que este en Chile, seguiré a participar en las marchas y espero que, cuando vaya a D.C., puedo traer esta mentalidad chilena conmigo.


Estrés y la salud mental

Antes que mi viaje a Chile, muchas personas me dijeron que esta experiencia cambiaría mi vida. No tenía duda que un país nuevo con personas nuevas tenía el poder para cambiar mi vida pero no sabía cómo me cambiaría. Ahora, después de casi tres meses, no me siento diferente. No puedo sentir ningún cambio pero, cuando pienso en mi mentalidad antes que Chile y después de tres meses, me dio cuenta que mi vida y la manera en que yo pienso han cambiado.

Washington D.C. es muy conocido como una ciudad que no duerme. Todos los estudiantes hacen muchas cosas cada minuto de cada día. Hay una idea que, si no estás estresado, no estás haciendo nada con tu vida. El estrés es igual al éxito. En Chile, tuve que aprender cómo hacer nada. A veces, me junto con amigos y no hago nada- solo conversamos y pasamos tiempo junto. Además, mi familia chilena entiende que el estrés es una cosa mala, no una indicación de trabajo duro. Se puede tener éxito en tus clases, mantener amigos buenos y también estar feliz. Creo que, mentalmente, estoy mucho más sana.

Aunque me encanta George Washington y Washington D.C., había días allí en que no quería despertarme porque estaba tan estresada y cansada. En Chile, por otro lado, tal vez no quiero despertarme porque estoy floja pero nunca me despierto con tristeza. Cuando vuelvo a los Estados Unidos, no quiero cambiar de nuevo y volver a una vida estresada. Voy a tomar tiempo para hacer nada y disfrutar la vida y las cosas que estoy aprendiendo.  


¿Qué significa para ser estadounidense en otro país?

                Este fin de semana, me di cuenta que, en Chile, no soy Becky sino una representación de mi estado, mi universidad y mi país. Entendí que existían estereotipos muy negativos sobre los Estado Unidos, pero creía que las personas educativas no creían en estereotipos. Nunca había imaginado que tuviera que defender mi país a un grupo de estudiantes de la católica.

                Fui con CAUC a San Pedro de Atacama con muchos otros estudiantes. Algunos eran de Chile, Estados Unidos, Alemania, Bélgica y Holanda. A primero, estuve muy animada para estar con un grupo tan diverso. Creía que era una oportunidad para aprender y comparar culturas distintas. De hecho, este era el caso con algunas personas. Mis amigos nuevos chilenos y holandeses quería saber más sobre la vida estadounidense y yo igual aprendí mucho sobre Chile y Holanda. Dos chicas, sin embargo, (una de Alemania y una de Bélgica) tuvieron opiniones súper fuertes y muy negativas sobre los EE.UU., y no querían aprender la verdad. Me dijeron cosas como “no entiendo cómo funciona tu sociedad con tanto racismo,” y “cuando pienso en los EE.UU., pienso en la obesidad.”

                Mi amiga chilena se dio cuenta de que ellas eran un poco crueles, y me dijo que nadie elige su país pero todos tienen que ser orgulloso de su país. Creo que el amor para su país es un parte importante para mejorar su país. Con las dos chicas horribles, nunca pretendí que los EE.UU. era perfecto ni el mejor país del mundo. En lugar de esto, respondí a sus estereotipos con información educativa. No se puede generalizar los EE.UU. porque todos los estados y todas las personas son distintos. Voy a hacer un esfuerzo consiente para no juzgar otras culturas, especialmente la cultura chilena. Me gustaría tener una mente abierto para que nunca ser como estas dos chicas horribles.


Englitch y Spanitch

Fui a Chile para aprender español. Ahora, no hablo español sino chileno. Digo cosas como “weon” y “cachai” sin pensar en lo que estoy diciendo. Tal vez, cuando estoy cansada, no pronuncio las palabras muy bien. Digo, por ejemplo, “Estado Unido” o “Vamo al mercao.” Estoy repitiendo lo que oigo sin pensando en las consecuencias. Un día, estaba hablando con una mujer en una tienda sobre Chile o, como ella dice “Tchile.” Pensé que este era la pronunciación correcta de la palabra y empecé a hablar así. Lo que no me di cuenta era que estaba haciendo una declaración social con mi pronunciación de palabras.

           En mi clase de español, aprendí sobre las distinciones entre las pronunciaciones de la gente “cuica” y la gente “flaite.” Cuando su idioma es parte de su clase, sea casi imposible a escapar clasismo y discriminación. Yo sé que el sonido “sh” es considerado un sonido de la clase baja y, por eso, cuando voy a San Joaquín, siempre hay personas que venden “sutchi” y “super otcho.” Entiendo que es una estrategia para vender comida a las estudiantes que son, por mayor parte, muy ricos, pero igual me caen mal. De hecho, tal vez, me enoja.

          El otro día, estaba carreteando con amigos chilenos y ellos estaban practicando su inglés. Un hombre dijo, “I speak englitch.” Yo sentí que tuve que corregir a él. Le dije, “Repitame- shhhh.” Él y todos sus amigos estaban muy incomodos. Mi amigo no era clasista ni una persona mala, pero igual le dio vergüenza para hacer este sonido.

Aunque es bueno para repetir español de otras personas para aprender, hago un esfuerzo para que usar el sonido “ch” en lugar de “tch” porque no quiero perpetuar estereotipos ni clasismo. 

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