miércoles, 1 de abril de 2015

Eficiencia


Antes que el viaje a Chile, yo sabía que iba a extrañar algunas cosas: mi familia, mis amigos y mis gatos. También creía que iba a extrañar a comida y lugares que solamente podía acceder en Los Estados Unidos. Tenía razón- extraño mi familia y cosas como donuts pero no me molesta mucho. Lo que extraño más que algo es eficiencia.

Siempre creía que yo era una persona muy paciente. Nunca estoy enojada cuando tengo que esperar en una fila al supermercado o un restaurante. En Chile, sin embargo, tengo que esperar para cosas diferentes y necesito acostumbrarme a sistemas menos rápidos.

Por ejemplo, en los EE.UU. cuando quiero imprimir algo, voy a la biblioteca y puedo imprimir en casi dos minutos. En Chile, siempre voy a la sala crisol para imprimir, pero el proceso siempre es diferente. Tal vez las computadoras funcionan y tal vez no funcionan. El único tiempo que lloré un Chile fue cuando traté a imprimir y el proceso tomó dos horas. No podía entender lo que el hombre detrás del escritorio estaba diciendo. Le molestaba muchísimo porque no entendía y, por eso, él no quería ayudarme.



No soy la única persona que quiere sistemas más eficientes y razonables. Le molesta los chilenos también. Hay profesores que habían pedido por tecnología mejor para las clases y nunca la recibieron. Cada día en Los Estados Unidos, no estoy pensando en eficiencia. Nunca se piensa en eficiencia hasta no la tiene nada más. 

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